sábado, 21 de octubre de 2017

Superhéroes

 ¿Dónde se encuentran los famosos super héroes que aparecen en los comics y series? Todos pensamos que son cosas de la fantasía y la imaginación para acometer misiones extraordinarias, y que no existen en la vida real.
Pero nada más lejos de la realidad: hay personas que se entregan con amor a lo que tienen que hacer aunque parezca una misión pequeña y aburrida, porque lo que determina la heroicidad no es la misión sino la manera de afrontarla.

Comparto esta semana el video promocional del Domund 2017 elaborado por Obras Misionales Pontificias en el que nos desvela que todos podemos ser super héroes cuando ponemos plenamente nuestro amor y corazón en lo que tenemos que hacer. No en vano el lema elegido para este año es Sé valiente. La misión te espera.

Después del video va un sencillo cuestionario para trabajar y reflexionar sobre el mismo. ¡Espero que os guste!





  • ¿Qué puedo hacer yo para ser misionero?
  • ¿Qué puedo hacer por los demás?
  • ¿Puedo hacer hoy mismo algo por alguien?
  • ¿Conozco a alguna persona que ya sea un valiente y que haga cosas admirables? 
  • Si es así, ¿cuál es la actitud concreta que veo en esa persona y que me gustaría imitar?

La Historia de la Semana

domingo, 15 de octubre de 2017

El pescador satisfecho

¿Merece la pena trabajar de sol a sol sin disfrutar de la vida pensando en que en algún momento disfrutaré de la vida?

¿Le damos más importancia a ganar dinero que a saber compartir y ser felices?
La historia de esta semana nos cuenta en clave de humor que lo importante es precisamente saber disfrutar de las cosas sencillas de la vida, no vaya a ser que al final nos pasemos la vida tan ocupados en trabajos esforzados que no seamos capaces de deleitarnos con un rayo de sol, una sonrisa, una buena compañía,...

La historia se titula El pescador satisfecho, y aquí va a continuación.
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El pescador satisfecho


El rico industrial del Norte se horrorizó cuando vio a un pescador del Sur tranquilamente recostado contra su barca y fumando una pipa.

-¿Por qué no has salido a pescar?, le preguntó el industrial.

-Porque ya he pescado bastante por hoy, respondió el pescador. 


-¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas?, insistió el industrial.
 

-¿Y qué iba a hacer con ello?, preguntó a su vez el pescador. 

-Ganarías más dinero, fue la respuesta. De ese modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que obtendrías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas... y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico, como yo.
 

 
-¿Y qué haría entonces?, preguntó de nuevo el pescador.
 

-Podrías sentarte y disfrutar de la vida, respondió el industrial.
 

- ¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento?, respondió el satisfecho pescador. 




viernes, 13 de octubre de 2017

La serpiente y el eremita

Solemos decir a veces que hay que ser bueno, pero no tonto.

Que una persona sea benevolente y amable, dispuesta a ayudar a los demás, no significa que se pueda abusar de ella y empezar a exigirle más de lo que puede o quiere aportar. 


En esos casos hay que saber decir 'no' y no prestarse a continuar, aunque no resulta fácil.

Es una idea que suscribo totalmente y por eso comparto este cuento titulado La serpiente y el eremita, donde ilustra muy bien esta situación.


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La serpiente y el eremita


Era una serpiente que tenía aterrorizadas a muchas personas de la zona, porque había picado de muerte a quienes cruzaban por el sendero al lado del cual ella solía situarse. 

Un día pasó por allí un eremita y la serpiente se fue directa a morderle, pero el hombre la sosegó con su talante de serenidad y equilibrio y, una vez la hubo amansado, le dijo:

Amiga mía, no origines más daño. Haciendo daño no consigues más que perjudicarte también a ti misma. No sigas mordiendo a las gentes de este lugar.

 La serpiente reflexionó y por fin dijo:

Te prometo que no morderé a nadie más.

Yo volveré a pasar por aquí dentro de unos meses y nos saludaremos —dijo el eremita, antes de partir.

Cuando los aldeanos comprobaron que la serpiente no mordía, empezaron a burlarse de ella y a maltratarla. Pero el animal cumplió su promesa. Unos meses después regresó el eremita y se quedó atónito al ver en qué estado calamitoso se encontraba la serpiente.
 
Pero ¿qué te ha pasado, amiga mía?

Al ver las gentes de por aquí que no mordía, me han maltratado.

 
Y entonces el eremita le dijo:

Pero, querida mía, yo te dije que no mordieses, pero no que no soplases y les asustases.



La Historia de la Semana