jueves, 2 de octubre de 2014

El puente

Uno de los valores más necesarios en estos tiempos que corren es la colaboración y la solidaridad, pues la ayuda mutua y el trabajo en equipo son imprescindibles para superar muchos obstáculos.


Desgraciadamente, muchas veces vemos actuaciones egoístas e insolidarias que a la larga suelen repercutir de forma negativa en quienes las practican, y que nos tienen que servir para aprender a no reproducirlas nosotros mismos.

Esta semana comparto un sencillo video de animación, titulado El puente, que refleja bastante bien esta situación con un toque de humor.

Y tiene otros aspectos para pensar: ¿quién tiene que ceder en una discusión?, ¿puede más el grande o el pequeño?, ¿el recurso a la fuerza es el mejor?, ¿cómo se puede colaborar en situaciones difíciles?,...

Pero lo mejor es verlo, así que aquí va a continuación. 



La Historia de la Semana

sábado, 27 de septiembre de 2014

El pozo

Es muy fácil y está a la orden del día dar sabios consejos a los demás. 

Seguramente todos lo hemos hecho en más de una ocasión, y está bien, pero hay un paso más: involucrarse en la solución.

Cuando los problemas ajenos se miran desde la distancia es más difícil encontrar la mejor solución para ellos. 

La historia de esta semana me ha encantado porque al tratar este tema deja en evidencia que la mejor forma de ayudar en una situación difícil es arriesgándose uno personalmente. 

Se titula El pozo, y espero que os guste tanto como a mí.
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El pozo

Un hombre cayó en un pozo. Cayó en él y no podía salir. 

Un viajero pasaba por ahí. Le dijo al hombre que meditara para purificar su mente, pues de esta manera alcanzaría el nirvana y todos los sufrimientos cesarían. El hombre hizo lo que le dijo, pero continuaba en el pozo. 

Otro hombre apareció. Le dijo al hombre que el pozo no existía y que de hecho él tampoco existía. Era todo una ilusión. Pero el hombre que no existía estaba aún metido en el pozo que tampoco estaba ahí. 


Otro visitante llegó. Éste enseñó al hombre a llevar a cabo buenos actos para perfeccionar su karma, y le aseguró que no debía preocuparse, pues aunque muriera podía ser reencarnado en algo magnífico. 

Ya de noche otro paseante miró al pozo donde estaba el hombre. Le dijo a éste que rezara cinco veces al día en dirección al Oriente y que cumpliera cinco penitencias importantes. Si él era fiel, quizá algún día lo divino lo haría libre... 

El hombre rezó lo mejor que pudo. Pero estaba perdiendo fuerzas... Y continuaba en el pozo.

Al día siguiente otro hombre apareció. Había algo diferente en él. Gritó al hombre que estaba abajo y le preguntó si quería ser libre... El hombre le dijo que sí. 

¿Qué hizo entonces el individuo que se encontraba arriba? Bajó él mismo al foso donde estaba el hombre caído y ya exhausto. Tomó al hombre. Y, ayudándose de una cuerda que había lanzado al pozo, lo arrastró hacia la Luz...



La Historia de la Semana

domingo, 14 de septiembre de 2014

El camello sabio

Un poco de humor nunca viene mal. Y si además tiene un poco de moraleja, pues mucho mejor.

La historia que comparto esta semana contiene ambas cosas: humor simpático y moraleja para pensar.

Y viene a responder a una pregunta que me parece muy interesante: ¿qué hago con las cualidadades y los valores que poseo?, ¿utilizo las capacidades que tengo o simplemente están de adorno?

Seguramente conocemos amigos que pueden dar mucho más de sí mismos, que por los motivos que sea se guardan para sí cualidades y valores que no ponen en práctica.

En esta historia, titulada El camello sabio, un simpático camello nos ilustra sobre la mejor respuesta...
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El camello sabio
 
Una madre y un bebé camello estaban descansando en la sombra debajo de un árbol, y de repente el bebé camello le pregunta a su madre…  

- Mamá, ¿puedo preguntarte algunas cosas?
 
- Claro que sí hijo mío, ¿hay algo que te preocupa? -le contestó la mamá camello. 

Entonces el bebé camello le preguntó a su madre:

- ¿Por qué los camellos tenemos joroba? 
 
- Hijo mío, nosotros necesitamos la joroba para guardar agua y poder sobrevivir cuando no hay agua. Nosotros somos animales del desierto y en el desierto es muy difícil encontrar agua- le contestó su madre.

El bebé camello, habiendo escuchado la respuesta, le volvió a preguntar a su madre:
 
- ¿Mamá, por qué son nuestras piernas largas y nuestros patas redondas?

 
- Hijo mío, con estas piernas nos podemos mover por el desierto mejor que nadie porque están adaptadas para andar por la arena -le contesto su madre con orgullo.



El bebé camello volvió a lanzarle otra pregunta a su madre:
 
- …¿Y por qué son nuestras pestañas tan grandes? A veces esto molesta a mi vista y muchas veces no me deja ver bien las cosas.
 
La madre mirando orgullosa a su hijito le contesta:
 
- Hijo mío, las pestañas largas y gruesas son la tapa protectora de tus ojos y las tenemos así para que nos protejan de la arena del desierto y de los vientos fuertes que soplan en el desierto, que a veces se convierten en fuertes tormentas de arena.


El bebé, después de haber escuchado las respuestas que le había dado su madre a todas sus inquietudes, le dice…   

- Ya entiendo, la joroba nos ayuda a poder tener agua almacenada para cuando estamos en el desierto ya que allí no hay agua, las forma de nuestras piernas son para andar por el desierto con mayor facilidad y estas pestañas nos protegen los ojos de la arena y el viento del desierto… 

Pero entonces ¡qué demonios estamos haciendo aquí en el zoológico!