martes, 30 de abril de 2013

La imagen de mamá

El día de la madre está ya próximo y justo es reconocer todo lo que se les debe.

En esta ocasión lo hacemos en clave de humor, no exento de la realidad que vamos experimentando en la vida cotidiana.

En numerosas ocasionas las madres son unas incomprendidas por los hijos (¡!), pero al final caemos en la cuenta de todos los esfuerzos que han realizado por sacarlos -sacarnos- adelante con su mejor voluntad y es obligado que quede constancia de ello.

En este texto aparece la imagen que tenemos de nuestra madre en diversas etapas de nuestra vida, ...
¡y hay que reconocer que no le falta razón!

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La imagen de mamá en las distintas etapas de nuestra vida
 
A los 4 años: “¡Mi mamá puede hacer cualquier cosa!” 

 A los 8 años: “¡Mi mamá sabe mucho! ¡Muchísimo!”

A los 12 años: “Mi mamá realmente no lo sabe todo.”

A los 14 años: “Naturalmente, mi madre no tiene ni idea sobre esto” 

A los 16 años: “¿Mi madre? Pero ¿qué sabrá ella?” 

A los 18 años: “¿Esa vieja? ¡Pero si se crió con los dinosaurios!”

A los 25 años: “Bueno, puede que mamá sepa algo del tema…”

A los 35 años: “Antes de decidir, me gustaría saber la opinión de mamá.”

A los 45 años: “Seguro que mi madre me puede orientar”

A los 55 años: “Qué hubiera hecho mi madre en mi lugar?”

A los 65 años: “¡Ojalá pudiera hablar de esto con mi mamá!”
 

viernes, 26 de abril de 2013

Receta para vivir mejor

Hace unas semanas publicamos la Receta de la felicidad, un buen plato que todo deseamos en nuestra mesa.

Y en esta ocasión seguimos con otra receta tambien muy sugerente: la receta para vivir mejor.

Llevar una vida de la que estemos satisfechos no es tarea fácil, pues hay muchas variables y muchos ingredientes que intervienen y afectan al resultado final. 

Pero hay un ingrediente que no puede faltar nunca: el amor. Poner amor en todo lo que hacemos es una condición indispensable para vivir en plenitud las circuntancias que nos rodean y saber quedarnos con lo positivo del mundo de relaciones que tenemos.

Así que espero que con esta receta realmente podamos vivir mejor.

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Receta para vivir mejor

En un cacerola derrita la inercia, la amargura y el tedio. Unte bien con mucha risa, especialmente sobre las propias tragedias. 

En un bol aparte, pele y corte en tiras la ansiedad, y pique fino el egoísmo. Ponga en remojo el "yo" hasta que se macere, pero no lo derrita del todo. 

Aplaste contra una tabla el rencor (que es furia rancia), trocee el reproche y  la envidia. Tire a la basura la pereza para pensar, la vanidad de no cometer errores y la cobardía de no admitirlos.  

Deje todo un largo rato bajo el grifo, hasta que se vayan por la rejilla el remordimiento por el pasado, la culpabilidad por el presente y el miedo por el futuro.  

Amase todo con ternura, sin ahorrar ni un gramo de locura. No se preocupe si tarda en ablandarse, la impaciencia no es compatible con la ternura. 

Sazone con la defensa de algún derecho, propio, y sobre todo ajeno. 

Cocine a fuego lento la pasión, pero tenga cuidado de que no se queme. 

Para decorar, use armonía con la existencia y distribuya en la fuente combinando imaginación y lucidez. 

Deje reposar dos horas (o veinte años) y sirva con mucho AMOR.


La Historia de la Semana

jueves, 25 de abril de 2013

El niño que llevamos dentro

Esta entrada está dedicada al niño que todos llevamos dentro (y que muchas veces no dejamos salir porque nos da vergüenza, aunque siempre se ha dicho que 'hay que ser como niños...').

Es un video de un anuncio de una marca de agua, pero merece la pena verlo por lo simpático que resulta.

Al fin y al cabo : ¿quien de nosotros no ha hecho muecas delante del espejo cuando nadie le está viendo?

Ya hay otra entrada del blog (está aquí) con un tema semejante y un montón de niños que también está muy simpático. 

¡Espero que os guste!